Todo vuelve. Y gracias a los diseños de toda la vida, a las zapatillas Samba y Gazelle, Adidas ha recuperado beneficios. El mismo calzado que se llevaba hace veinte años, están de moda ahora y las ventas han impulsado las ganancias de la compañía en el
primer trimestre de 2024 hasta los 182 millones de dólares. Una gran diferencia respecto al mismo periodo del año pasado que la compañía alemana registró pérdidas por un valor de 26 millones de dólares.
Revivir los clásicos
Las adolescentes de hoy creerán que las Samba son un diseño nuevo y revolucionario. Pero nacieron en la década de 1950, el calzado de un equipo de fútbol germano que buscaba un zapato duradero para jugar en zonas frías con suelo helado o incluso nevado. Esas tres rayas se convirtieron en el símbolo más característico de Adidas.
El modelo de aquella época no es el mismo que ahora. Ha sufrido algunas actualizaciones y modificaciones funcionales, como el uso de piel de vaca y una suela non marking. Otras de las clásicas Adidas, las Spezial, surgieron ya en los ochenta y tenían una suela con tacos para poder jugar en superficies resbaladizas.
¿Y quién no ha tenido en alguna ocasión unas Gazelle? Otro de los diseños más emblemáticos, de la década de 1960 y fueron diseñadas originalmente para deporte de interior. El salto a la calle, a la moda urbana, vino después.
Duelo de titanes
Adidas tiene fuertes rivales a nivel mundial que le hacen tener que estar en constante reciclaje e innovación. Es ese difícil equilibrio entre el pasado y el futuro para no perder cuota de mercado. Su competidor Nike pisa fuerte y ha conseguido los derechos para ser el proveedor oficial de uniformes de la selección nacional de fútbol alemana poniendo fin a siete décadas donde Adidas había sido la marca oficial.
A ese varapalo hay que sumarle la pérdida inusual que sufrió la marca con la costosa ruptura del contrato con el rapero Kanye West después de sus declaraciones antisemitas y racistas. Para el gigante alemán de ropa deportiva estos comentarios fueron suficientes para “poner fin inmediatamente a la colaboración con el rapero Ye. Adidas no tolera el antisemitismo ni cualquier otra forma de discurso de odio”, dijo en un comunicado.
Pero después de la tormenta ha llegado la calma y los números verdes han vuelto a sustituir a los rojos. Las zapatillas clásicas han resultado ser la salvación para Adidas y la demostración de que la moda es cíclica y que es mejor, como consumidores, guardarlas en el armario durante un buen tiempo para volver a darles uso unos cuantos años después.