¿Tienes que atender a tantas cosas cada día y estás tan cansada y harta de todo que estás siempre enfadada? Te entiendo, a mí también me pasa a veces, pero esa manera de ir por la vida ni te facilita las cosas, ni te hace feliz a ti ni mucho menos a los que te rodean. Además de la energía que te quita estar siempre enfadada.

¿Es lo mismo estar enfadada que sentir ira? ¿Cuándo hay que pedir ayuda profesional para dejar de estar enfadada? ¿Qué podemos hacer para estar de mejor humor? Para contestarte a todas estas preguntas hemos hablado con Sonia Díaz Rois, experta en Gestión de la Ira y Eneagrama.

¿Estás enfadada o lo que tienes es ira?

Como aclara Sonia Díaz Rois, el enfado es una manera más de comunicarnos: “El enfado pretende que seamos capaces de expresar y reivindicar adecuadamente nuestros derechos y necesidades de forma asertiva. Se trata de una emoción de aproximación que pretende buscar y encontrar acuerdos, puntos intermedios y fomentar el entendimiento”.

Pero, como apunta esta experta, “solemos relacionarlo directamente con su carga emocional, la ira, sin pasar siquiera por su punto intermedio que, para mí, es el cabreo”. “Es como el límite, lo que se podría definir como un punto de no retorno teniendo en cuenta su intensidad y frecuencia, y que puede acabar conectando con la ira”. Y es que, como explica Díaz Rois, “la ira es vivir en un estado de cabreo constante y también puede ser el hecho de haber superado ese límite y que nos lleve a hacer una verdadera barbaridad". Aquí tienes consejos para controlar la ira.

Por qué las mujeres estamos tan enfadadas

“Además de que podemos arrastrar malas costumbres y haber adquirido patrones emocionales poco saludables y poco adaptativos, y estar usando el enfado como emoción preferente a la hora de relacionarnos y comunicarnos, el hecho de ser una persona exigente, perfeccionista y controladora también puede generarnos más enfados”, dice Díaz Rois. Descubre si eres una persona controladora y cómo evitarlo.

Como apunta la experta, las mujeres nos hemos pasado muchos años adoptando el rol de cuidadoras y organizadoras: “A ese rol, hoy en día le hemos sumado más responsabilidad, además de ideales que nos provocan mucha más exigencia y carga, generándonos cierto estrés por seguir pretendiendo estar a todas. Podemos vivir con cierta sensación de que si no estamos pendientes, las cosas no salen y todo se va al traste”.

Además de estresarnos estando tan orientadas al hacer y hacer, acabando agotadas, podemos desconectarnos de una misma y provocarnos más enfados de los que nos gustaría”, subraya Sonia. Aquí tienes c0nsejos para no ser tan perfeccionista.

Qué suele haber detrás de una persona enfadada

“Existen tantos enfados como personas hay en el mundo, así que detrás de una persona enfadada podemos encontrar cualquier motivo”, dice Díaz Rois. Como aclara la experta, “detrás de un enfado puede haber miedo, tristeza, exigencia, control, inmediatez, rigidez, falta de empatía, desconocimiento emocional y hábitos inconscientes que no resultan ni adaptativos ni prácticos”. “También puede haber sentimiento de injusticia, ofensa, intrusión”, añade.

“Por resumirlo en un único punto en el que podamos poner nuestra atención, el enfado esconde expectativas frustradas: la realidad no está siendo como esperábamos”, apunta la experta. ¿Sabes cómo gestionar la frustración?

Qué suele esconder la ira

Como explica Díaz Rois, detrás de la ira “suele haber un enfado no reconocido, no validado y no gestionado, que se queda ahí, sin ser expresado ni comprendido, y que se va alimentando de pensamientos, creando un sentimiento que puede dar lugar a la ira”.

¿Algún trauma, falta de autoestima? “Entendiendo como trauma esos temas no atendidos y no comprendidos respecto al pasado, que nos han llevado a conductas emocionales que hemos incorporado como patrones habituales, sí”, dice Díaz Rois. Como apunta la experta, existe un generalizado desconocimiento sobre gestión emocional que puede provocar que de adultos continuemos actuando en base a algo que en su momento consideramos útil, sin ser conscientes de que nos puede perjudicar más que beneficiar.

“El pobre autoconocimiento que muchas veces tenemos sobre nosotros mismos nos puede provocar una autoestima insana que, a su vez, nos puede generar cierta inseguridad y provocar tanto que reprimamos nuestro enfado, como que lo expresemos de manera inadecuada”, explica la experta.

la boda de mi mejor amiga
dr
Fotograma La boda de mi mejor amiga

¿Por qué está mal visto que una mujer se enfade?

¿Se trata de otra creencia popular como la de que los hombres no lloran? Según Díaz Rois, “sigue existiendo una tendencia que muchos hemos experimentado respecto a la negación de las propias emociones”. “¿Quién no ha escuchado o ha dicho alguna vez aquello de… no te enfades, no te pongas triste, no tengas miedo…?”, se pregunta la experta.

Según Díaz Rois, “en los hombres sigue existiendo ese rechazo generalizado a mostrar tristeza y llanto, porque les hará parecer débiles; las mujeres, en cambio, arrastramos todavía algo de perfil considerado como débil y ese no tener derecho a reivindicarnos”.

Como subraya esta coach, “encontrarnos en el punto intermedio, como personas, sería absolutamente maravilloso; recodemos que es necesario sentir, reconocer y gestionar las emociones”. Así debe ser una relación para que sea saludable y feliz.

Cómo nos afectan la ira y el enfado

“Nos guste más o menos, la vida va de relaciones. Nos estamos relacionando y comunicando constantemente, tanto con uno mismo como con los demás. Por lo tanto, teniendo en cuenta que el enfado es una manera más de comunicarnos, dependiendo de cómo lo hagamos, este afectará las relaciones en todos los ámbitos de nuestra vida”, apunta Sonia Díaz Rois.

Según esta experta, “comunicarnos desde el enfado de una manera sana y adaptativa, de forma empática y asertiva, respetándonos a nosotros y a los demás, nos ayuda a generar mayor bienestar y a lograr mejores resultados en base a nuestras relaciones”.

Y que, para Díaz Rois, saber decir “no” y también saber pedir a través del enfado, puede aportarnos muchos beneficios. “Es importante aprender a usar el enfado para identificar esos límites saludables y saber comunicarlos adecuadamente”, subraya. ¿Sabes decir que no?

“Una adecuada gestión emocional, en este caso del enfado, nos aporta seguridad, ya que nos estamos expresando de manera auténtica y desde el respeto. Y me refiero a que nos estaremos respetando a nosotras y a los demás, continúa la experta.

En cambio, como continúa Díaz Rois, “si no sabemos gestionar esta emoción y nos callamos por miedo a…, por no sentirnos con derecho o perdemos los papeles con facilidad sin lograr hacernos comprender, nos puede provocar enfado o tristeza, además de inseguridad, porque sentimos que nos estamos fallando”.

la boda de mi mejor amiga
dr
Fotograma La boda de mi mejor amiga

Cómo darnos cuenta de que nos enfadamos demasiado

“Además de desarrollar consciencia respecto a uno mismo y ser capaces de darnos cuenta de cómo nos comunicamos y de cómo gestionamos nuestro enfado, también podemos estar atentos a las señales y mensajes que recibimos por parte de nuestro exterior”, dice Sonia Díaz Rois.

“Como se dice, ‘dos no discuten si uno no quiere’, así que podemos empezar a responsabilizarnos de nuestra parte para empezar a fomentar discusiones sanas desde el ejemplo, haciendo uso del diálogo calmado y sereno, y desde el respeto”, añade la experta. Discutir es sano si sabes cómo hacerlo.

Como apunta Díaz Rois, “prestar atención a nuestro día a día y ser conscientes de la calidad de nuestro estado emocional, además de ser capaces de valorar objetivamente cómo influenciamos a nuestro entorno y cómo también nos dejamos influenciar nosotros por lo que nos rodea, es un buen inicio para observar cómo nos estamos relacionando desde esta emoción”.

¿Cómo darnos cuenta de que a lo mejor necesitamos ayuda? “Perder los papeles más a menudo de lo que nos gustaría, excederse ante un tema que no requiere tanto despliegue de energía, esos enfados recurrentes que no quedan resueltos… Estar atentos a la cantidad, a la intensidad y a la calidad de nuestras conversaciones y relaciones, nos da pistas para valorar si queremos plantearnos hacer algo diferente”, dice la coach. “Si el enfado se nos va de las manos o nos crea un sentimiento que nos hace sentir incapaces de transitar y sostener, solicitemos ayuda de inmediato”, añade.

Consejos para gestionar mejor el enfado

Comprender que todos pensamos diferente y que nuestras necesidades, muchas veces no son las mismas, puede ser un buen comienzo para empezar a desarrollar nuestra curiosidad respecto a otras personas”, dice Díaz Rois.

“Observar con curiosidad qué le ocurre al otro, intentar comprender qué hay ahí, en su mundo… y cómo de diferente es al nuestro, nos aproxima en lugar de alejarnos. Recordar que las personas no amanecen pensando ‘hoy voy a ser un fastidio para el resto del mundo…’. Que lo hacemos lo mejor que sabemos y podemos, y que cada uno está librando su propia batalla, nos puede ayudar a ser más compasivos”, apunta la experta.

“Pararnos y escucharnos de vez en cuando, dejando a un lado el hacer y conectarnos con el ser, para aprender a reconocer nuestras emociones, nos puede ofrecer espacios de reflexión para identificar cómo nos estamos sintiendo, siendo cada vez más capaces de desarrollar cierta consciencia que nos permite detectar esos pensamientos que nos pueden estar sobrecargando. No podemos dejar de sentir, pero sí podemos gestionar mejor la calidad de nuestros pensamientos”, continúa Díaz Rois. Esto te ayudará a entender tus emociones para poder entender las de los demás.

Según esta experta, “un proceso de autoconocimiento basado en la inteligencia emocional y relacional nos ayudará a conocernos mejor, a decidir de manera consciente y a tener mejores resultados en base a lo que estamos sintiendo”. “Aprender sobre asertividad también nos ayudará a comunicarnos mejor, además de cuidar de nuestras relaciones y nuestra autoestima”, añade.

¿Necesitas ayuda? Sonia Díaz es la creadora del Programa Gestiona mentorizado de tres meses, durante los cuales se trabaja de manera consciente tanto el autoconocimiento como la gestión emocional y relacional para descubrir que existen otras maneras de relacionarse con una misma y con el resto del mundo, llegando a disfrutar de una vida basada en la buena comunicación, el respeto y la tolerancia, tanto con una misma como con los demás. Aquí tienes un test gratuito con resultado inmediato para empezar a reflexionar sobre la gestión del enfado.
Headshot of Amalia Panea

Experta en fitness, belleza, nutrición, salud, psico, pareja y sexo. Licenciada en Periodismo por la Universidad Complutense de Madrid, escribe en Elle.com y Womenshealth.com y ha escrito para muchas cabeceras de Hearst, “mi segunda casa”. En sus más de 25 años de profesión, ha pasado por Terra Mujer, Sport Life, Runners, Atresmedia, La Ser, Radio Aragón o el programa Bellas & Sanas. Es autora de Cambiar de vida es fácil si te dicen cómo. 15 pasos para conseguirlo y de Una vida en forma. La guía de la actividad física y la mujer a cualquier edad. Amalia también es instructora de fitness, profesora de yoga, yoga facial y fundadora de Yogabrunch.es. "Por suerte, la vida me ha permitido unir mis dos pasiones, el periodismo y el mundo del bienestar".