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Maike van Damme ha puesto en marcha el estudio ‘Desajustes en la búsqueda de pareja: educación y valores de género en el mercado matrimonial español’, que concluye que las mujeres heterosexuales cada vez lo tienen más complicado a la hora de encontrar una pareja feminista y con formación. “Los cambios más conocidos en la estructura de este mercado se encuentran en las discrepancias en el nivel educativo de los cónyuges potenciales debido a la expansión educativa de la mujer. Si no hay ningún cónyuge potencial disponible (en una determinada población) con recursos o características similares, no hay posibilidad de tener una pareja homógama, siendo la opción preferida para la mayoría”, explica la investigadora en el análisis, que parte de la 'Encuesta de Fecundidad disponible' (2018) para hombres y mujeres jóvenes españoles, que examina la brecha de género combinada (de educación-valores) en España.
“Sabemos que la gente tiene preferencia por encontrar una pareja con intereses comunes. Pero lo que es muy importante para las parejas son los valores, y los de género son vitales. Aunque parece que el final de la primera mitad de la revolución de género está acercándose, pues vez más se acepta que las mujeres participen en el mercado laboral, la segunda mitad de la revolución, en la que los hombres han de dar el paso para las tareas domésticas para alcanzar el equilibrio, parece estar algo estancada. Hasta que estos pasos no ocurran, hay una diferencia. El feminismo y los valores de género igualitarios están mucho más interiorizados por las mujeres, y por ello hay una brecha”, explica a ‘Elle’.
Darcy Lockman, autora de ‘Toda la rabia. Madres, padres y el mito de la crianza paritaria’, señala que el reparto igualitario de tareas domésticas es clave para que una pareja sea feliz. ¿Cómo podemos hacer que se interesen más por formarse en valores igualitarios?
“Sabemos que los valores en general y entre ellos, los de género, cambian según las generaciones. Durante la vida se puede ser más igualitario o tradicional, pues los valores van cambiando, pero el gran cambio llega con las nuevas generaciones. Estos valores se han de inculcar en la escuela y en la familia; hay que empezar temprano”, asegura.
Desafortunadamente, según el Instituto Nacional de Estadística (INE), el 86% de las mujeres dedican más de 20 horas semanales a tareas no remuneradas como el cuidado de hijos, ancianos o la gestión del hogar, mientras que sólo el 57% de los hombres alcanza esa dedicación.
En su estudio, van Damme señala que las cifras obtenidas implican que, de todas las mujeres igualitarias con educación superior, el 15 % no podría encontrar una pareja masculina con educación superior y valores igualitarios similares en la “esfera privada” y el 12 % con valores igualitarios similares en la “esfera pública”. Van Damme indica que aunque la gente puede preferir emparejarse con personas con las mismas características, en ocasiones no es extraño que los recursos se intercambien, como puede ocurrir cuando alguien tiene más dinero y otra persona es más bella. “Ese es un clásico. Todo se puede intercambiar, y en literatura se llama social exchange. Cada uno tiene sus preferencias, y aunque estas no quieren decir que las preferencias se inclinen hacia las parejas homógamas, las parejas son más estables cuando hay intereses en común”, asegura.
Teniendo en cuenta que los aumentos de la educación y el igualitarismo no se producen al mismo ritmo para hombres y mujeres, emerge la mencionada disimilitud en la distribución de los niveles educativos y de los valores de los roles de género de hombres y mujeres. Por eso, la investigadora recomienda apoyar la reducción de estas diferencias de educación valores. Pero ante esta brecha, ¿qué hacen las mujeres? ¿Se quedan solteras? ¿Optan por emparejarse hacia abajo? Eso habría que analizarlo. Sabemos por la expansión educacional que las mujeres con educación superior se emparejan con hombres con menos estudios. Puede tener consecuencias para la estabilidad de la pareja. Las mujeres con estudios superiores y que salen con hombres con estudios inferiores suelen tener relaciones menos estables", asegura.
Matiza en son necesarios datos más actuales. "Me gustaría comprar España con otros países, porque los últimos datos que tenemos son de 2018. Los valores son diferentes, ya que España es un país muy heterogéneo. En España hay un poco de todo, especialmente si lo comparamos con Dinamarca, donde más del 60 % de las personas se declaran feministas”, asegura.
"La mujer va asumiendo las cualidades arquetípicamente masculinas, mientras que el hombre no hace igual con las cualidades arquetípicamente femeninas y vive un desarrollo personal más limitado", explica a ‘VilaWeb’ Núria Viladomat , psicóloga social y autora de ‘Solteres y encantadas (Angle Editorial, 2021)’. “Cuando legitimas las cualidades del otro género te vuelves más completo y estableces relaciones de igual a igual, no jerárquicas ni complementarias. Las mujeres buscan hombres más completos, conectados con su parte femenina, pero no los encuentran”, añade. Lamenta que muchas mujeres optan por “bajar el listón” y se adaptan a lo que ofrece el mercado, algo que asegura hace que los hombres no evolucionen.
“Las normas sociales y las del contrato matrimonial avalan el derecho a reservarse para sí en los hombres, así como su aprovechamiento de las capacidades de cuidado que las mujeres aportan a la relación, sin dar lo mismo a cambio……Lo tomado y recibido sin reciprocidad les deja a ellas incapacitadas para utilizar su fuerza existencial, sus reservas emocionales y sus fuerzas sociales para invertirlas en los intereses que ellas decidan”, explica Anna Jonnasdöttir en ‘Las mujeres y el desarrollo humano’.
Para finalizar, como indica Susana Covas en el informe llevado a cabo con la colaboración de Javier Maravall y Luis Bonino ‘Hombres con valores igualitarios’, la transformación de la identidad masculina no pasa solamente por una modificación de roles, la adquisición de nuevas competencias emocionales o apuestas por valores igualitarios, sino por una puesta en práctica de la equivalencia existencial y la reciprocidad. “El cambio masculino es posible, pero no se debe ignorar que para los hombres se trata de un proceso que provoca muchas resistencias, por lo que, sin un adecuado seguimiento, fácilmente puede derivarse hacia otros horizontes diferentes al logro de la erradicación de la desigualdad. La deslegitimación del modelo masculino tradicional interiorizado y el compromiso social contra las injusticias sociales, si bien favorecen la toma de conciencia de la necesidad del cambio, no son garantía de que se emprenda el camino adecuado”, asegura.
Indica que el cambio es forzado por las mujeres y casi no existen iniciativas desde los mismos hombres para una práctica cotidiana de comportamientos igualitarios. “Los hombres tienen tendencia a sobrevalorar los propios logros y a ser autocomplacientes y por ello suelen rápidamente autodenominarse “diferentes” o “igualitarios”, confundiendo aspiraciones con realidades. Cuando esto coincide con la necesidad de muchas mujeres de comenzar a disfrutar de esos cambios, puede generarse un efecto de fascinación que sólo responda a idealizaciones”, advierte.
Marita Alonso es experta en cultura pop y estilo de vida. Escribe acerca de fenómenos culturales desde una mirada feminista en la que la reflexión está siempre presente. No tiene miedo de darle una pincelada de humor a las tendencias que nos rodean e intenta que el lector ría y reflexione a partes iguales. Cuando escribe sobre relaciones, su objetivo es que la toxicidad desaparezca y que las parejas sean tan saludables como las recetas que intenta cocinar... Con dramáticos resultados, claro. Los fogones no son lo suyo.
Ha publicado dos libros ("Antimanual de autodestrucción amorosa" y "Si echas de menos el principio, vuelve a empezar") y colabora en diversos medios y programas de radio y televisión luchando por ver las cosas siempre de una manera diferente. Cree que la normalidad está sobrevalorada y por eso no teme buscar reacciones de sorpresa/shock mediante sus textos y/o declaraciones.
Licenciada en Comunicación Audiovisual por la Universidad Complutense, imparte master classes de cultura pop, estilo de vida y moda en diversas universidades. En Cosmopolitan, analiza tendencias, noticias y fenómenos desde un prisma empoderador.