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Dicen que en ocasiones, los estereotipos pueden protegernos, pero en muchísimos casos, nos limitan. Así les a ocurre a los que al ver a Alba Moreno (@fisicamr) piensan de forma inmediata que la estudiante de física puede saber de muchas cosas pero de física, precisamente, no. Lamentablemente, no son solo algunos internautas los que la desprestigian, sino que desde especialistas en la materia hasta profesores de física no han dudado en desacreditarla por su estética.
Así se lo hizo saber a Thais Villas, a quien explicó que en una charla sobre agujeros negros, quien la impartía intentó evitar que pudiera preguntar. "Me hizo ver que mi pregunta era tonta. Justo después, a un chico le dijo que la suya era muy inteligente", aseguró Moreno. No fue mejor lo que en Bachillerato, su profesor de física le dijo sin mirarle siquiera a la cara: “Esta carrera es muy complicada y seguramente no te la vayas a sacar. Yo que tú, optaría por otra cosa".
Moreno presenta La vida es física (Editorial Planeta, 2025), un libro con el que quiere que sus lectores no encuentren la física tan complicada y comprendan que la ciencia está en todo lo que hacen. “La física no solo es una ciencia: es un lente que nos permite comprender nuestra existencia en un universo profundamente extraño y fascinante. Te persigue donde quiera que vayas. Desde lo más pequeño hasta lo más grande, desde lo que no puedes ver hasta lo que jamás podrías llegar a ver”, escribe la sevillana.
Por qué crees que a la gente le choca tanto tu estética. ¿Acaso esperan que por estudiar física lleves una batita blanca, moño y gafas nerd?
Eso es lo que más me sorprende, porque me he criado en un entorno en el que la apariencia no importa. Nunca pensé que mi estética se podría convertir en un tema de conversación. Hay muchos estereotipos e incluso entre jóvenes parece que por llevar ciertas marcas o tener cierta apariencia, vas a saber más o menos acerca de un tema. Es una catetada pensar que por llevar según qué ropa, vas a ser más o menos.
Dime algo que te hayan dicho que te haya dejado especialmente horrorizada.
“En vez de trabajar como física, vete a trabajar a una tienda de ropa”. Con ese comentario desprestigian tanto mi labor como divulgadora como a quien vende ropa. La mayoría de esos comentarios viene por parte de hombres que opinan con absoluta superioridad, como si dependiera de ellos que yo sea o no fiable. En redes sociales ves la exigencia y los estereotipos que sigue habiendo en la sociedad. En tu día a día quizás no lo observas tanto, porque no nadie te para por la calle para decirte si vistes de aquella o de tal forma, pero en internet, sí. Por eso creo que es importante que quienes no pertenecemos a ciertos cánones seamos visibles, visibilicemos estos comportamientos y no entremos al trapo. Yo jamás he contestado: sería darle bola a algo que me da igual.
¿De verdad crees que es posible hacer que la gente se enamore de la física? Recuerdo esa asignatura con especial pavor.
La física, cuando se estudia en el colegio y en Bachillerato, es complicada. Estoy en contra del método mediante el cual se enseña, porque soy la primera que dijo que "era un coñazo”. Siempre intento poner mi granito de arena, porque la física está en todos lados y cuando la estudias en profundidad, te das cuenta de que está en todas las partes y descubres que es preciosa. La física te ayuda a entender tu día a día.
Se me da casi peor el amor que la física. ¿Puede la física ayudarme?
Me temo que ahí no entra. Se podría decir que los polos opuestos se atraen, pero es más electromagnetismo que física.
¿Cómo comenzó tu labor como divulgadora?
Empecé de forma improvisada. Siempre he hablado de física con mi entorno, les contaba cosas en los bares y en la carrera tenía ganas de encontrar por fin a un grupo de gente con quien poder hablar. Sin embargo, no di con quienes intercambiar según qué cosas y decidí que al estar siempre usando las redes, podría hacer vídeos. Siempre había seguido a figuras como Santaolalla. No tenía ni idea de editar, pero empecé a probar, los vídeos se hicieron virales y continué. Había dicho de toda la vida que la docencia no era lo mío porque tengo poca paciencia, pero gracias a esto, he descubierto una nueva habilidad.
Comentas que no encontraste tu grupo en la facultad. Ahora, ¿cómo te ven tus compañeros?
Hay sentimientos encontrados en la carrera. De hecho, el mayor 'hate' que recibo proviene de estudiantes de la carrera. Me da rabia, porque comenzaron a hablar de mí en un grupo sin saber que yo estaba ahí viendo lo que decían. Soy una estudiante más. Noto cierta tensión y rivalidad, y es algo que me da mucha pena.
En clase, ¿hay diversidad estética o parece un capítulo de 'Big Bang Theory'?
Cuando te metes en los cursos de una carrera de física ves diversidad tanto estética como de cualquier ámbito, pero a causa de la información que nos llega y como quienes llegan a los altos cargos suelen cumplir con los estereotipos, parece que no hay diversidad, cuando sí la hay.
¿Tuviste referentes femeninos en el mundo de la ciencia?
Por supuesto. Cuando comencé a interesarme por la ciencia, leía libros de nombres como Stephen Hawking. Le preguntaba a mi madre por qué no había mujeres que hubieran estudiado ciencias. Decidí investigar y buscar referentes por mí misma. Me di cuenta de que en realidad, había muchas mujeres: lo que no había era visibilidad. Se han entregado solo tres Premios Nobel a mujeres y en realidad hay figuras muy importantes, como Lise Meitner y Vera Rubin. Me da pena haber tenido que buscarlas. Animo a la gente a que cuando no encuentre referentes, los busque, porque los habrá.
¿Por qué crees que sigue habiendo tantos problemas de visibilidad en el mundo de la ciencia?
Por el machismo y por la tendencia a no otorgar premios a las mujeres. Ahora se ve una mayor representación, pero tengo amigas en investigación que me hacen ver que cuando se quedan embarazadas, se les complican los contratos de investigación. Además, el sesgo en la ciencia queda patente al ver a quienes ostentan los altos cargos.
¿Crees que tu estilo te fuerza a demostrar el doble tu valía que quienes encajan en la normatividad?
En este tipo de carreras parece que tengas que demostrar el doble para que te tengan en cuenta. Yo no tengo que demostrar el doble a nadie; si me quieren creer bien y si no, no pasa nada. Parece que haya que hacer un esfuerzo para ser validada cuando te tienes que validar a ti misma.
Las redes pueden generar muchas inseguridades. ¿Alguna vez has sentido cierta inseguridad a nivel de sapiencia por algún comentario?
Sin duda. Ahora me da igual lo que digan, pero tras dos años yendo a la psicóloga. Cuando empecé en redes sociales, no esperaba el boom que viví y me afectaba muchísimo que pusieran en duda los conocimientos que transmitía. ¿Estoy tres días preparando el vídeo y me dices que es incorrecto, cuando estoy 100 % segura de lo que digo? Eso me generaba inseguridad. Hay vídeos que no he subido porque me daba miedo que no fueran lo suficientemente rigurosos. Es terrible, porque te dejas llevar por comentarios de gente que ni siquiera sabe del tema.
Cada vez más gente se obsesiona con el horóscopo. Como física, ¿qué piensas?
A mí me da igual en lo que crea cada uno porque lógicamente, no voy a imponer nada, y hay físicos que me riñen. Es evidente que el horóscopo no tiene base científica y no tiene sentido pensar que un planeta está interactuando contigo. He estudiado el efecto Forer, que dice que cuando lees una descripción genérica, te sientes identificado. Me inventé una frase describiendo a una persona y pregunté en mis redes de qué horóscopo sería de quien hablaba. Cada persona respondió una cosa, pero en realidad, ¡yo me había inventado a esa persona!
¿Cuál dirías que es el objetivo de tu libro?
Llevo unos tres años haciendo vídeos de un minuto en los que intento tocar temas que van desde átomos hasta agujeros negros. Quería poder hablar de temas con mayor profundidad para entender el universo de forma global.
Cada vez parece haber más terraplanistas…
Lo que pasa con el terraplanismo es que se está visibilizando. La gente ve esos vídeos porque dice que le hacen gracia, pero les estamos está dando visitas. A los terraplanistas les diría que me expliquen un eclipse de sol.
Ahora muchos psicólogos y podcasters de mentalidad algo conservadora recurren mucho a la ciencia en sus argumentos. ¿Qué te parece que se emplee la ciencia para intentar dar credibilidad a según qué cosas?
La mayoría de las corrientes que se quieren aprovechar de la ciencia son pseudo científicas y carecen de base. Como física, creo en el método científico que funciona y que hace que podamos estar hablando ahora mismo por teléfono, empleando internet o haciendo que el coche funcione. Todo lo que se aleje de ahí supone perder el tiempo. La ciencia es lo único objetivo que tenemos en la vida y creo que esas corrientes se intentan aprovechar de ella para dar credibilidad a sus palabras.
Para terminar, como física, ni hablar de los extraterrestres… ¿No?
El universo es infinito y creo que en algún lugar ha de existir vida diferente a la nuestra, con una concepción que no entendemos, pero no pienso que hayan llegado a la tierra. Si se hubiese descubierto algo así se habría dicho, porque quien lo hubiera hecho se habría llevado mucho dinero y el Nobel. Existe además la relatividad: si la luz del sol tarda ocho minutos en llegar, imagina una civilización que está a 7 mil años luz. Tardaría muchos miles de años en llegar a la Tierra. Sería imposible la comunicación, porque para entonces, igual la Tierra se habría extinguido. Pero quiero pensar que hay más vida.
Pero entonces, ¿está condenada la Tierra a la extinción? Vaya cierre dramático de entrevista.
(Se ríe). Me temo que sí.
Marita Alonso es experta en cultura pop y estilo de vida. Escribe acerca de fenómenos culturales desde una mirada feminista en la que la reflexión está siempre presente. No tiene miedo de darle una pincelada de humor a las tendencias que nos rodean e intenta que el lector ría y reflexione a partes iguales. Cuando escribe sobre relaciones, su objetivo es que la toxicidad desaparezca y que las parejas sean tan saludables como las recetas que intenta cocinar... Con dramáticos resultados, claro. Los fogones no son lo suyo.
Ha publicado dos libros ("Antimanual de autodestrucción amorosa" y "Si echas de menos el principio, vuelve a empezar") y colabora en diversos medios y programas de radio y televisión luchando por ver las cosas siempre de una manera diferente. Cree que la normalidad está sobrevalorada y por eso no teme buscar reacciones de sorpresa/shock mediante sus textos y/o declaraciones.
Licenciada en Comunicación Audiovisual por la Universidad Complutense, imparte master classes de cultura pop, estilo de vida y moda en diversas universidades. En Cosmopolitan, analiza tendencias, noticias y fenómenos desde un prisma empoderador.