Por si no llevas cuenta atrás, te lo decimos nosotros: quedan poco más de tres semanas para que lleguen las primeras vacaciones de 2025, Semana Santa, que las vamos a pillar con muchas ganas después de un trimestre invernal sin fiestas y con mucha lluvia y frío. ¿Tienes ya plan para la Semana Santa? ¿Has decidido dónde, cuántos días y/o con quien?

Si aún estás un poco perdida con las vacaciones, nosotros te traemos una idea en este artículo: viajar al norte de Portugal, a ciudades no masificadas todavía, lo suficientemente grandes para pasar algunos días, en esta zona donde podrás elegir entre mar, montaña o parques naturales y que son claves para la historia del país.

Viana do Castelo

santuario de santa lucia, viana do castelo, portugalpinterest
Carmen Martínez Torrón//Getty Images

Es una de las ciudades más bonitas de Portugal, muy vinculada por el mar por los descubrimientos y luego por la pesca del bacalao. Comienza tu visita de Viana do Castelo en el monte de Santa Luzia, para contemplar la ciudad junto al mar y la desembocadura del río Lima y pasa luego al impresionante templo del Sagrado Corazón (1898). En el corazón de la ciudad podrás recibir una lección de arte manuelina, renacentista, modernista... en sus hermosos palacios, iglesias y conventos. Pero siempre llegarás a la Praça de la República, con su antigua Casa Consistorial y no lejos de allí, la Catedral. Toda esa arquitectura antigua se da la mano con la contemporánea, en edificios diseñados por artistas como Fernando Távora (Praça da Liberdade) o Álvaro Siza (Biblioteca).

Guimarães

guimaraes, portugalpinterest
THEGIFT777//Getty Images

Guimarães es Patrimonio Mundial de la UNESCO: cuando la recorres, parece que estuvieras en un decorado medieval. La ciudad se considera la cuna del país porque aquí nació el primer rey de Portugal, Alfonso Henríquez. En la parte baja de la ciudad se encuentra el Largo da Oliveira y cerca la Praça de Santiago, que en la Edad Media acogía a los peregrinos y que hoy es un animado lugar con terrazas y restaurantes. En la Rua de Santa Maria se ubican el convento de Santa Clara y la Casa del Arco, mientras que en la parte alta destacan el Palacio de los Duques de Bragança (s. XV), el monumento a Don Alfonso Henríquez, la Capilla de San Miguel y el castillo del siglo X, vinculado a la fundación de Portugal. No te pierdas, a las afueras, el Palacio Vila Flor con sus jardines rococó y el Monte de Penha, que ofrece una de las mejores vistas del norte de Portugal.

Braga

braga casco históricopinterest
Getty Images

A pesar de su tamaño, su renombre y de los turistas, Braga sigue siendo una ciudad barata. Su origen data del año 27 a.n.e, cuando fue fundada como Bracara Augusta. Su historia tiene huellas de los suevos, los visigodos y los musulmanes, pero sobre todo es deudora de un pasado eclesiástico que se refleja en la maravillosa catedral, la más antigua de Portugal. Ese pasado vinculado a la iglesia supuso un desarrollo entre los siglos XVI y XVIII que se aprecia en los edificios del precioso casco histórico de la ciudad. No dejes de pasear por la Plaza de la República, donde hay algunos de los cafés más veteranos de Braga, y recorre los Jardines de Santa Bárbara, del siglo XVII, un precioso tesoro en el corazón de la villa.