- Este precioso Parador a menos de dos horas de Madrid es muy poco conocido y es el más barato de todos.
- Ni París ni Londres ni Roma: este es el destino europeo aún no masificado que está de moda para este otoño y para el que hay vuelos a 50 euros.
- 3 ciudades europeas realmente bonitas durante el otoño a las que viajar en los próximos meses por menos de 80 euros.
Poco más de un mes queda para la llegada del invierno, de los días más cortos del año, el frío que se cala en los huesos, las nieves en las cotas altas que no nos apetecen salir de casa... Como luego nos va a entrar pereza, es ahora, en esta segunda parte del otoño, el momento adecuado para viajar 'low cost' por nuestro continente aunque tengamos que llenar la maleta de jerséis y camisetas térmicas.
Hemos querido seleccionar cinco ciudades europeas que no son las de siempre, por lo que sus precios en hoteles, almuerzos, cervezas... son algo más baratas que la media. Son ciudades que vale la pena visitar -la mayor parte en el este, que es ahora lo más económico- y dedicarle una escapada larga de 3 o 4 días. Es el momento de dejarse seducir por Bucarest, Oporto, Turín, Zagreb y la preciosa ciudad medieval checa de Český Krumlov.
Oporto (Portugal)
Con sus colores, su bullicio, sus calles con azulejos, el río Duero presidiéndolo todo... Oporto es una ciudad cercana, a la vuelta de la esquina, que no debes dejar de visitar. La vanguardista y a la vez opulenta segunda ciudad turística de Portugal, tras Lisboa, seduce con su centro histórico y su suntuosa gastronomía y vinos. Se pasea y se descubre, se siente en cada esquina, pero conviene visitar algunos 'musts' como la preciosa estación de tren de São Bento, una de las más bonitas de Europa; el puente de Dom Luís I sobre el Duero (no apto si sufres de vértigo); el espléndido edificio neoclásico del Palácio da Bolsa o el Museu Nacional Soares do Reis, la mejor colección de arte. Tu visita a Oporto no estará completa sin uno de sus cruceros por el río.
Zagreb (Croacia)
Mucha gente viaja a Croacia para descubrir sus playas o sus cascadas, pero no te debería sorprender saber que la capital, Zagreb, también tiene mucho que ofrecer y además es uno de los destinos más asequibles del continente. Es una ciudad muy agradable, que parece hecha para el turista al que le gusta pasear; así es la mejor manera de descubrir sus grandes atractivos: la catedral, el cementerio de Mirogoj, la iglesia de San Marcos, el curioso museo de los corazones rotos... Pero cuando te canses de la parte cultural, hay mucho que hacer, como visitar el mercado agrícola de Dolac -no dejes de comprar su producto, es exquisito-, fotografía los murales de las zonas arenosas de la ciudad y sorpréndete con los edificios art decó de la parte baja.
Český Krumlov (República Checa)
Český Krumlov está a unas tres horas en coche de Praga, cerca de la frontera con Austria. Esta ciudad medieval comparte muchas similitudes con la capital de Chequia, pero sin exceso de turistas ni despedidas de soltero. Su castillo es el monumento más destacado, al que se llega por unas laberínticas calles barrocas (luego trabajarás más las piernas subiendo a lo alto de la torre de la fortaleza, donde se admiran fantásticas vistas sobre todo en invierno, cuando la ciudad está llena de nieve). Las temperaturas retarán al viajero, pero Český Krumlov cuenta con muchísimos cafés acogedores, y siempre puedes entrar en calor en un restaurante con sus platos típicos: en la cocina cíngara, destaca el faisán y los trdelnik, una rosquilla de pan dulce con canela.
Bucarest (Rumanía)
Con tantos años de dictadura y una cruel herencia de su pasado soviético, Bucarest, la capital de Rumanía, se ha ganado una inmerecida mala fama entre los turistas, pero en realidad es una ciudad dinámica, divertida y con muchas oportunidades. Muchos la consideran una mera ciudad de paso hacia Transilvania, el principal punto turístico del país, pero merece la pena dedicar varios días, al menos 3 o 4, para ver sus excelentes museos, pasear por los parques y disfrutar de los cafés de moda y las terrazas. El centro es muy moderno, con edificios un poco deteriorados o absurdos como el megalómano Palacio del Parlamento (en la imagen), pero encontrarás iglesias ortodoxas de los siglos XVII y XVIII y elegantes villas de la belle époque escondidas en rincones tranquilos.
Turín (Italia)
A un par de horas en coche desde Génova y Milán, Turín es la capital del Piamonte que fue el destino elegido por los Saboya para construir algunos de los palacios reales europeos más bellos de los siglos XVII y XVIII. Turín fue también la primera capital de Italia y, así, combina perfectamente elegancia y contemporaneidad. Entre los puntos obligados, la Galleria Civica di Arte Moderna e Contemporanea, con una importante colección de arte de los siglos XIX y XX o la céntrica Piazza de San Carlo, el lugar perfecto para tomar la bebida caliente típica de la ciudad, el bicerin, elaborada con café, chocolate y crema de leche. La Mole Antonelliana (en la imagen) es el monumento más fotografiado que, con casi 168 metros de altura, alberga el Museo Nacional del Cine -algo de esperar en una ciudad donde nació el cine italiano-.