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Hasta hace bien poco, la moda entre las celebridades era contar con sus propias docu series para poder así adueñarse de forma definitiva de una narrativa que desde el boom de las redes sociales, les pertenece más que a los propios medios de comunicación, que ni tan siquiera pueden apenas dar exclusivas al haberse convertido los perfiles oficiales de los famosos en su forma de dar a conocer las noticias que les interesan. El siguiente paso ha sido mostrar las luces y las sombras de sus relaciones sentimentales, a sabiendas de que en este cuento 'made in Hollywood', el final es tan feliz como en el de Disney.
Por más que se esfuerzan en contar ante las cámaras momentos íntimos y aunque se aseguran de que el término “salud mental” aparezca tantas veces como algún logo, el mensaje que terminan por mandar es el de que son una pareja perfecta. Intentan que empaticemos con algún problemilla que otro, pero incluso las infidelidades más sonadas son contadas en sus propios documentales de soslayo, sin aclarar tan siquiera si fueron reales o fruto de las malas lenguas. Los Beckham han sido los últimos en poner en marcha esta operación con 'Beckham', una docu serie de la que es imposible despegar la mirada incluso aunque el fútbol te interese lo mismo que al futbolista la moda de Zara. Mientras que él nos cuenta su carrera, se asegura de repetir que Victoria Beckham es su apoyo. Vemos en más de una ocasión cómo la ex Spice es capaz de dejar su casa en 12 horas para cambiar de continente en el momento en el que él así se lo sugiere. El mensaje de “El amor puede con todo” es sin duda el que sobrevuela a este campo de fútbol sentimental en el que cada falta tiene más de performance que de realidad. Sin embargo, nos llevamos la impresión de conocer más a los Beckham, que se vanaglorian de haber contado al mundo lo que llevaban décadas escondiendo en aras de su salud mental (¡ha vuelto a aparecer!) y que con sus bromas internas y sus piques, nos hacen pensar que son la pareja ideal.
Las parejas famosas han hecho de su amor un espectáculo, su mejor arma de ventas, y prueba de ello es que las plataformas no paran de apostar por contenido en el que sus historias personales son el eje. Así, la forma en la que se realizan los documentales ha cambiado, pues lo importante ya no es tanto mostrar hallazgos, sino descubrirlos desde la propia mirada de sus protagonistas. Probablemente la magia de este tipo de obras sea la desconfianza que los “expertos” llevan tiempo produciendo en muchos, algo que sumado a lo mucho que atrae saberlo todo sobre quienes intentan mantener su privacidad, hace de cada producto un éxito inmediato. Ver a Harry y a Meghan contando los detalles de sus primeras citas y las dificultades por las que ha pasado su amor no sólo resulta entretenido, sino que además logra calmar nuestra ansiedad, pues en un momento en el que la vida es un giro inesperado constante, saber el final de quienes narran su relato nos conforta.
"Ese es uno de los motivos por los que sin duda, amamos este tipo de historias: porque en cierta forma, son un lugar seguro: sabemos que acaba con ese -deseado, anhelado- 'happy ending'. Es una certeza, esa que nos sienta genial para neutralizar la incertidumbre en la que tan mal nos movemos", dice Mamen Jiménez, autora de 'Contigo. Cómo tener una relación sana sin mitos y con mimitos'.
Por más que les vemos llorar, sabemos que ahora están felices... Tanto, que resulta imposible que no nos comparemos con ellos. ¿Victoria Beckham no se enfada cuando David la deja sola con los niños en Los Ángeles pero tú si cuando tu novio no quiere ir al cumple de tu madre? Un nuevo motivo de discusión. ¿Fedez no se incomoda cuando Chiara Ferragni hace fotos hasta de su sombra pero tu pareja te acusa de estar enganchada a TikTok? Otra razón para discutir en la cena. Una cena que por cierto, quizás no haya preparado tu +1, no como Beckham, que además de insultantemente bello, cocina como los ángeles.
"Estas historias se nos presentan como la consecución de ese ideal del amor romántico, ese modelo que no sólo no es real, sino que es, además, poco sano. A menudo vemos en consulta personas que consideran, por ejemplo, que su relación no funciona porque hay dificultades, porque su pareja no actúa como esperan... Es decir, porque no todo es perfecto. Además, confundimos la fase de enamoramiento con el amor, y son cosas diferentes. Las relaciones son algo que debemos cultivar y cuidar. Implican negociar, llegar a acuerdos, revisarlos... exigen esfuerzo y trabajo conjunto y tienen sus momentos; no es todo el rato es algo intenso y pasional, sino que son una decisión que tomamos todos los días, y ahí está la magia: en que decido quererte y hago cosas para que esto funcione", explica Mamen Jiménez.
“Comparar es humano. Pero esta idealización de otras parejas oculta cómo los períodos de aburrimiento, carga o insatisfacción en una pareja son más predecibles que preocupantes. Lo que distingue a las parejas felices de las infelices no es el conflicto cotidiano per se, sino la forma en que cada parte piensa y se comunica al respecto”, explica en ‘The Atlantic’ Joshua Coleman. El sociólogo Pierre Bourdieu habla en 'La Miseria del Mundo' del “sufrimiento posicional”, que viene a señalar que nuestro dolor no se debe por aquello de lo que disponemos en términos absolutos, sino a que lo comparamos con lo que poseen los demás.
Mamen Jiménez señala que cuando vemos historias de amor romántico, cargadas de esos mitos que tenemos asimilados y normalizados, nos gustan, para comenzar, porque estamos condicionadas a que así sea, pues hemos crecido con ello, por lo que cuando hay una correspondencia entre las reglas que tenemos asumidas y lo que vemos, nos sentimos bien. "También porque confirman eso que esperamos y deseamos: ese amor que nos han prometido, tan intenso y que parece estar tan rico, ¡es posible! Es como un muy buen anuncio, “Esto es real, te lo mereces, y mira, hay quien lo logra”, como esos vídeos motivacionales sobre la riqueza que ahora pueblan las redes, que prometen que tú, sin importar tu contexto, si haces determinadas cosas, alcanzarás el bienestar económico", comenta.
Llevamos toda la vida comparando nuestros romances con los de los demás, pero si antes lo hacíamos con los cuentos de hadas y las comedias románticas, ahora también con las de nuestros amigos y cómo no, con las de los famosos, cuyas vidas tienen más coches Tesla, más jets privados y posiblemente, tantos tratamientos de belleza y retoques como sus casas baños.
Las docu series que ahondan en sus relaciones tienen además todos los elementos para triunfar: dos celebridades con millones de seguidores, un círculo de amigos famosos por si en algún capítulo se busca un extra de fama, una vida privilegiada y cómo no, amor. El contenido ha sido meticulosamente estructurado para ser un cuento de hadas moderno, con la diferencia de que en los actuales no hay castillos y de haberlos, se huye de ellos, como bien sabe Meghan Markle. El verdadero castillo actual es la libertad y poder reapropiarse de su intimidad, y paradójicamente, la forma de lograrlo es mostrarla. Lo que nos gustaría saber es si en el rodaje, decían “cámaras, luces, acción” o “cámara, luces, ficción”. Aunque en realidad, poco importa ya si lo que nos cuentan es del todo cierto, porque lo que buscamos son narradores e historias, y si quien cuenta un nuevo cuento es famoso, ¿acaso nos vamos a quejar? Lo único que pedimos es que cuando digan "colorñn, colorado, nos aseguren que este cuento, no ha acabado.
Marita Alonso es experta en cultura pop y estilo de vida. Escribe acerca de fenómenos culturales desde una mirada feminista en la que la reflexión está siempre presente. No tiene miedo de darle una pincelada de humor a las tendencias que nos rodean e intenta que el lector ría y reflexione a partes iguales. Cuando escribe sobre relaciones, su objetivo es que la toxicidad desaparezca y que las parejas sean tan saludables como las recetas que intenta cocinar... Con dramáticos resultados, claro. Los fogones no son lo suyo.
Ha publicado dos libros ("Antimanual de autodestrucción amorosa" y "Si echas de menos el principio, vuelve a empezar") y colabora en diversos medios y programas de radio y televisión luchando por ver las cosas siempre de una manera diferente. Cree que la normalidad está sobrevalorada y por eso no teme buscar reacciones de sorpresa/shock mediante sus textos y/o declaraciones.
Licenciada en Comunicación Audiovisual por la Universidad Complutense, imparte master classes de cultura pop, estilo de vida y moda en diversas universidades. En Cosmopolitan, analiza tendencias, noticias y fenómenos desde un prisma empoderador.