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Estamos acostumbrados a entrar a un restaurante solo pensando en que nos den nuestra mesa, que nos lleven a ella o nos indiquen cuál es y sentarnos tranquilamente para regalarnos allí el festín que nos apetece en un determinado momento. En algunos casos, cuando el local tiene mostrador con vista al público, los clientes más curiosos -y generamente más exigentes- se acercan a ver y comprobar en persona el género de los expositores para curiosear y estar al tanto de la calidad y frescura del producto con el que se trabaja. Lo que ya no es tan usual, es pasar al restaurante y sentirte como en un mercado, ir a la visitrina y elegir el pescado o la carne que vas a llevarte a casa. Esto sucede en el restaurante Materia Prima de Madrid.
Ubicado junto al Estadio Santiago Bernabéu, a tan solo unos pocos metros del templo blanco, Materia Prima es otro templo, pero en este caso del buen producto. Es el verdadero protagonista de su propuesta, y de su carta, y están tan orgullosas de ella que la exhiben en sus vitrinas y, como anticipamos, puedes comprarla y llevártela a casa.
Este restaurante es el proyecto personalísimo de Ricardo Garrastazu, que además de crear ese mecado de abastos dentro del restaurante, también lo ha llevado al extremo de que el comensal puede elegir exactamente el plato que quiere. Nos explicamos, aquí puedes pedir 3 gambas, 5 zamburiñas, 7 cigalas.... el límite tanto por arriba como por abajo lo elige el comensal.
Orgullo de 'Materia Prima'
En Materia Prima el nombre hace honor a la consecuencia. Servir la mejor materia prima de la temporada. Para ello se nutren de las mejores lonjas de Cedeira y Finisterre en Galicia, y de las Lonjas de Isla Cristina y Ayamonte en Huelva, de donde traen fabulosos pescados y mariscos seleccionados. Son productos del mar de pesca de bajura que llegan al restaurante en menos de 24 horas desde su captura. La carne, por su parte, es de La Finca, otro sinónimo de calidad y autenticidad.
La cocina es clásica, canónica y sin florituras ni 'moderneces', pensando en sacar partido al productazo que sirven, por supuesto de temporada. Siguen la máxima de que cuando un producto es bueno cuanto menos se toque y menos se enmascare, mejor. Aquí hay honestidad. En la materia prima y en la forma de prepararla. Se busca el sabor auténtico en elaboraciones tradicionales que pueden ser, por ejemplo, una lubina a sal o al horno; o un pargo, dorada o besugo a la espalda -con el pescado abierto con la piel sobre la bandeja, la parrilla o la sartén-.
Lo mejor a la hora de pedir el pescado es dejarse aconsejar por ellos, que dominan cada pieza y la mejor forma de cocinarla en cada momento. Otro tanto a su favor, costumbre que ha tendido a perderse en mucho lugares de cierto nivel, es que te traen la pieza fresca a la mesa para que la veas bien de cerca, y confirmes si te gusta antes de cocinarla.
La carta es bastante amplia, y una buena idea es pedir varios platos para el centro de la mesa. Compartir es amar, y así además se pruebas más cosas. Una buena opción para abrir boca es la ensalada de ahumados, seguida de una bravas al estilo de Berasategui y hacer doblete de boquerones: fritos y rebozados. Y por seguir mirando al sur, terminar esta parte con unos chanquetes con huevo frito.
Entre las opciones hay también algún plato viajero, como excepción, como los tacos de camarones, o la versión de tcos de atún marinado con huevo de corral y papas. Y si eres amante de las verduras, no temas porque también siguen en la línea, y cuentan con verduras y hortalizas de primera, comenzando por los "tomates de verdad", las alcachofas de Tudela, los espárragos
Antes de pasar a compartir un pescado, es buena idea apostar por algún palto de mayor enjundia, como un pulpo con cremosa de remolacha. Luego ya, elegir entre los pescados que hayan entrado en el día. Y si se es carnívoro, no falla el solomillo, que acompañan con pimientos, un steak tartar de los mejores de la capital, una tiernas carrilleras o un sublime lomo de vaca.
El broche final lo ponen los postres, como no, caseros. Su gran especialidad, y posiblemente el más vendido y apreciado por la clientela del barrio que regresa una y otra vez, es la tarta fina de manzana. Más cocina clásica de toda la vida, bien ejecutada. Para los más golosos, quienes no pasan sin dulce, la recomendación es su torrija con helado de coco, con una textura sedosa y blandita que es una delicia; o el tocinillo de cielo, como el que recuerdas de la abuela, hecho con un mimo que se nota y se devora. No te extrañe que se repita y se pidan dos.
Materia Prima es un local que sigue creciendo y conquistando a los paladares que buscan una cocina auténtica, de toda la vida, con el mejor producto a buen precio. Pocos sitios hay en Madrid que comas tan bien por un ticket medio de 50 euros. Hoy en día, es un tesoro.
MATERIA PRIMA
¿Qué pedir?
Dirección: Doctor Fleing, 7. Madrid
Teléfono: 913 44 01 77
Web: www.materia-prima.es
Precio medio: 50 euros
