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Hay restaurantes por los que merece la pena montarte en el coche en busca de esa cocina que simplemente te hace feliz. Y si es en un lugar que logra que te relajes y evadas, que te olvides por un par de horas de todo y que encima logra que te sientas como en casa, tiene que convertirse en uno de tus lugares de referencia. Es lo que pasa con Las Margaritas, una casa de comidas especializada en las brasas y la parrilla a pocos minutos de Madrid camino de la sierra.
Si te decides a ir, no te acomodes y saques el codo por la ventanilla del coche porque en poco más de un suspiro vas a llegar a su puerta. Lo que no esperas de este restaurante abierto hace tan solo unos meses es lo que hay detrás de un sencillo umbral. Comienzas entonces a deshojar esa margarita con la mirada. A mano izquierda un gran jardín que se intuye un oasis ideal para las tardes y las noches de verano, y justo enfrente la puerta, que al primer vistazo te hace saber que no es un restaurante tradicional popular tipo merendero que podrías haber pensado.
Al frente de Las Margaritas se encuentra Bosco Blanco, alma e ideólogo de un proyecto en el que ha buscado la verdad y la sencillez como base de la que partir. En lo conceptual y en lo que sale los fogones y llega a la mesa. A su lado, liderando la cocina, está el chef Javier Montes, formado en la escuela de cocina de Luis Irizar en el País Vasco.
De Las Margaritas, lo primero que tienes que saber es que vas a un buen restaurante en el que vas a disfrutar de una muy buena cocina, con platos de siempre bien hechos, reconocibles primero en sabor y luego en las presentaciones... y con toques que los ponen al día y renuevan ligeramente pero sin perder ni pizca de esencia. Y humo, mucha parrilla, trabajada con maestría.
Qué comer en Las Margaritas
Dicen en este Restaurante / Casa de Comidas que han nacido "con la vocación de defender lo normal, entendido como cotidiano y sencillo, sin artificios ni adornos". Y se aprecia al primer vistazo a la carta, que es bastante extensa ya que cuenta con cerca de cuarenta opciones. La base de todo es el producto, que traen de las lonjas más selectas garantizando una calidad que se traslada al plato.
Para comenzar, como primer bocado con el que abrir el estómago es la Gilda -de la que tienen dos opciones, y que les llegan directamente de Casa Santoña. Para continuar, la opción indispensable es la Ensaladilla rota sobre regañá, muy fina y con una textura cremosamente delicada. Lo excepcional es que la sirven con un huevo frito, algo que te pondrá en alerta al ver como rompe la yema y se mezcla, pero que le va de maravilla. Es uno de los 'éxitos' de la casa, y no nos extraña. Prueba también alguna de sus verduras y hortalizas del huerto urbano de HuertAravaca; y no pases por alto las Patatas Margarita, una adictiva reinterpretación de patatas bravas que hacen con salsa de pimentón y mayonesa de ajo asado.
Más para el centro de la mesa que te recomendamos son las Puntillitas fritas, muy bien hechas, crujientes y sin una gota de aceite de exceso. Platos muy ricos que puedes sumar son el Tiradito de Pargo, el Tataki de solomillo de retinto y el Tartar de atún con huevo frito y tosta de pan de cristal o el Tartar sobre tuétano. Y si te apetece viajar, unos tacos de presa ibérica al pastor.
Hay muchas más opciones, como los arroces, pero el siguiente paso que no puedes saltarte es la parrilla. Es enorme, fabricada y traída desde el País Vasco, está ubicada en la terraza trasera y es el corazón de su propuesta gastronómica. En ella se 'acuestan' excelentes pescados procedentes de diferentes lonjas del Cantábrico como carnes de primer nivel. Para los pescados hay una opción muy interesante que es pedirlos en brocheta, de la que puedes pedir de rodaballo, mero, gallo San Pedro, Corvina o lubina salvaje. Por supuesto también los tienes enteros, hechos a la brasa tal cual. Espectaculares. Ah, si eres amante del bacalao, trabajan con los de El Barquero, que es sobresaliente.
En el plano carnívoro, sus carnes llegan desde El Encinar de Humienta. Al clásico entrecot y el churrasco se unen cortes de vaca vieja y una chuleta de vaca Ayrshire finlandesa convertida en uno de sus platos estrella.
Para terminar, ideal es que te despidas con un icono de los postres que lleva años en las cartas de todos los restaurantes de aquí y de allá, que aquí bordan: la Tarta de queso, con una textura muy cremosa y base de galleta.
Una sala y tres terrazas
800 m² perfectos de terrazas y una cuidada sala. Son los espacios de Las Margaritas cuyo interiorismo ha corrido a cargo del estudio de paisajismo Mingobasarrate y de Íata Estudio; la dirección artística, de Lucía y Beatriz Peralta; mientras que el entorno y la arquitectura es obra del estudio Atienza Maure Arquitectos. Juntos han creado una serie de espacios donde confluye el espíritu hogareño para que te sientas como en casa mientras te evades por completo, te olvidas del tiempo y del reloj, y dejas de lado el día a día.
El local, con líneas minimalistas y colores cálidos, ayudan a que te relajes, mientras que las terrazas invitan a respirar y a pausarte. De las tres terrazas, dos son ajardinadas y están abiertas al exterior. La primera de ella la que te comentábamos al principio, que tiene un carácter muy informal mientras que en la parte trasera, en un patio ajardinado y más relajada y tranquila se encuentra la segunda a cielo abierto. La tercera es acristalada, está perfectamente acristalada para toda condición meteorológica y temporada del año.
Si ya estás pensando en organizar una visita te pedimos una cosa más. Que brindes con alguna de las más de cien referencias de vino que tienen en bodega. Chin chin.
Las Margaritas
Avda. de la Victoria, 29. Madrid.
Tel. 91 063 57 51
Horario: De lunes a jueves, de 12.00 h a 00.00 h (viernes y sábados, hasta las 2.00 h). Cierra domingos noche y lunes.
Web: www.margaritasmadrid.com
Precio medio: 45 euros
Menú degustación: 40 euros
