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No es un bien de primera necesidad pero tampoco podemos negar que los perfumes suscitan mucho interés... Desde Stanpa indican que en 2023 su consumo privado (junto al de cosmética y cuidado personal) tuvo un crecimiento del 12,1%, cuatro veces superior a la media. En concreto, los españoles gastamos en fragancias (tanto del canal selectivo como de mass market) casi 2.000 millones de euros anuales.
Los datos sugieren que somos conscientes de que el acto de perfumarse va más allá de un gesto cosmético. Es evidente que ofrece el beneficio inmediato de aportar un olor agradable, pero también lo utilizamos intencionadamente como una vía de expresión, capaz de mostrar (o sublimar) nuestra identidad o, incluso, manifestar un estado de ánimo de un modo sutil. Además, los gurús de la materia sostienen que en 2025 una tendencia va a ser potenciar el bienestar a través de los aromas personales con las propiedades de sus ingredientes. Tal y como resumen desde la Academia del Perfume, “el perfume va mucho más allá de un producto funcional. Nos hace sentir bien, nos hace soñar, nos empodera… Puede ser un complemento a nuestra identidad, convertirse en un aliado”.
Con estas premisas, los aromas de uso personal se presentan casi como un imprescindible de la rutina que, en los últimos tiempos, han incrementado sus precios de forma generalizada (en referencias selectivas y en las más asequibles).
Cómo se crea un aroma
Para entender la situación es importante conocer los principios básicos. Sonia Graffin, directora de marketing estratégico de Perfumes y Diseño (PyD) lo define como un procedimiento con “un enfoque multidisciplinario, en el que intervienen profesionales de diferentes áreas lo que supone procesos muy largos (una media de 18-20 meses)”.
Dolors Costa, chief fragrance development & innovation officer de Eurofragance, lo resume como “un viaje fascinante” que comienza con una idea, visión o inspiración sobre la que el perfumista desarrolla un concepto basándose en emociones, recuerdos, elementos artísticos o en las tendencias que imperan en el mercado. Después, se materializa esa idea con una selección de ingredientes y notas olfativas que "se combinan en proporciones precisas, tantas veces como sea necesario,hasta crear la fragancia deseada”, sostiene. En este paso, hay que destacar la figura poco conocida del evaluador (formado en aromas y marketing) que ayuda al nariz a comunicar olfativamente el concepto de partida.
Se trata de un “proceso manual e intelectual, donde el perfumista trabaja capa por capa, afinando las notas para que el resultado final sea coherente con la visión inicial”, concluye el maestro perfumista Ramón Monegal.
Elementos más costosos de una fragancia
El propio Ramón Monegal identifica tres fases especialmente caras en la elaboración: la localización, selección y adquisición de los mejores ingredientes (los aceites esenciales pueden ser extremadamente caros), el desarrollo creativo y técnico (en la búsqueda del equilibrio ideal, hay que añadir los análisis de laboratorio, los certificados y los costes de diseño y marketing) y la propia elaboración de la composición.
Con este contexto, los expertos a afirman que, a grandes rasgos, hay cuatro razones esenciales del aumento de las tarifas en el punto de venta: la subida del coste de las materias primas, los cambios en el modo de consumir fragancias, el deseo de destacar y la necesidad de ser sostenibles.
Incremento del precio de las materias primas
“La calidad, el origen, la disponibilidad, la complejidad de extracción, la concentración o la rareza de los aceites esenciales son determinantes”, apunta Ramón Monegal. Sin embargo, tal y como añade Ana Trolez, global trade marketing de Perfumes y Diseño hemos vivido una subida general de los precios de los ingredientes, tanto naturales como sintéticos. La experta señala elementos que influyen como la inflación ("impacta sobre los costes de producción”), la dificultad de las cosechas debido al cambio climático o la inestabilidad geopolítica que “ha provocado que las navieras tomen rutas de transporte alternativas y seguras, lo que afecta a los tiempos y las distancias con la consecuente subida en los costes logísticos”.
Nuevo paradigma de consumo
“La creciente demanda en mercados emergentes ha influido en el alza de los precios”, afirma Dolors Costa. En este punto el gran protagonista es China que, según un estudio de ICEX, ha mostrado una tendencia de crecimiento constante que se proyecta en un ascendente número de consumidores de aromas y de su frecuencia de uso en los próximos años
Se han producido modificaciones en el modo de perfumarnos ya que la fidelidad olfativa no está de moda (incentiva que se creen más novedades). Además, “ha aumentado la demanda de caldos nicho y personalizados, lo que refleja un cambio en las preferencias de los consumidores que cada vez más buscan productos únicos, de alta calidad y sostenibles (aunque implique un coste adicional)”, afirman desde Eurofragance.
Incluso las marcas generalistas han apostado por dirigirse hacia una categoría premium lo que les permite "generar un buen motivo de subida de precios, a base de denominaciones tipo: intense, elixir, néctar…”, reconoce Ramón Monegal.
Deseo de destacar
“Es evidente que el mercado está viendo un aumento en el número de lanzamientos y nuevas marcas, tanto nacionales como internacionales”, señala Ana Trolez. En cierta medida, las redes sociales pueden impulsar el consumo de determinadas firmas y, ante el deseo de resaltar entre la infinita oferta de la competencia, puede ser necesario buscar nuevas vías de comunicación. Desde la Academia de Perfume recuerdan que hay firmas que para “sumergir al público en el universo sensorial del perfume y sus valores de marca, diseñan campañas que son auténticos cortos del séptimo arte”.
Necesidad de ser sostenibles
Evolucionar hacia un consumo más responsable es una imperativo que precisa de inversiones en investigación y desarrollo. La elección de ingredientes con certificado eco de alta calidad, la implementación de una producción adaptada y el diseño de frascos más ecológicos que se desmarcan de los procesos industriales clásicos, suponen una transición que como consumidor puedes percibir con una subida del precio final.
La gran duda: ¿un perfume caro es sinónimo de calidad?
No siempre hay una correlación directa aunque el precio puede dar pistas sobre las cualidades de los ingredientes como su concentración, de la atención sobre el proceso de producción... Sin embargo, esos valores son técnicos y no tienen que ver con la emoción que sientes al aplicar una fragancia.
Ante la pregunta de si se puede dar el caso contrario (un aroma de calidad más económico), los expertos coinciden en que es posible gracias al talento del creador o a la estrategia de la compañía (al vender volúmenes muy altos), cuando son capaces de superar las expectativas.
Por último, Ramón Monegal insiste en que no hay que olvidar que “un perfume es mucho más que un simple olor inventado. Es un arte invisible, una experiencia personal que conecta emociones, recuerdos y sensaciones”.
En ese sentido, desde la Academia del Perfume nos invitan a reflexionar sobre cómo se valora el arte, sosteniendo que hay obras que están al alcance de muy pocas personas pero también hay otras accesibles... “Lo mismo sucede con el perfume”, apuntan. Touché.