El problema de salud mental más frecuentemente registrado en atención primaria es la ansiedad, que afecta al 6,7% de población (un 8,8% son mujeres y un 4,5% son hombres). Y aparece con frecuencia entre los 35 y los 84 años.

Es más, hasta un 34,3% de las mujeres y un 17,8% de los hombres a partir de los 40 años ha recurrido a medicamentos antidepresivos, ansiolíticos o hipnóticos durante el 2017, año del estudio ‘Salud mental en datos: prevalencia de los problemas de salud y consumo de psicofármacos y fármacos relacionados a partir de los registros clínicos de atención primaria’, del Ministerio de Sanidad.

Hay otra forma de reducir los niveles de ansiedad y estrés que no pasa por tomar medicamentos. La última herramienta en ponerse de moda se llama 'grounding' que también se conoce como 'earthing'.

Qué es el grounding y cómo ayuda a reducir la ansiedad

Consiste en quedarse al menos diez minutos al día con los pies descalzos y, a ser posible, en contacto con la tierra, mientras nos concentramos en el presente y en las sensaciones que vivimos en ese momento.

“Estaría fundamentado en buscar el contacto con la tierra, ya sea a través del tacto en particular y de los sentidos, en general. De manera que, en lugar de poner el foco en las emociones o pensamientos ansiosos, los centráramos en el aquí, el ahora y el entorno inmediato”, explica Pilar Conde, directora técnica de las Clínicas Origen de piscología y psiquiatría.

La hipótesis: las cargas eléctricas de la tierra tienen efectos positivos en nuestra salud. Los defensores de esta teoría dicen que, aunque el contacto más beneficioso es con la tierra, la hierba, el agua del mar o la arena, también son válidos, ya que todos serían buenos conductores de iones positivos. Mientras que, el asfalto, la madera, el plástico o el vinilo no lo serían, por ser aislantes.

Leído así no parece que tenga mucha base científica, la verdad. Sin embargo, “se ha demostrado científicamente que reduce la ansiedad y el el estrés, mejora la calidad de sueño, alivia los dolores porque baja la inflamación y previene enfermedades crónicas”, asegura Pilar Conde. Por su parte, María Kindelan, instructora oficial de Animal Flow y naturópata especializada en nutrición energética, asegura que: “Cuándo estás ansiosa estás sometida a una vibración energética descontrolada. El mero hecho de tocar la tierra no solo con los pies sino también con las manos (en cuadrupedia), produce unas conexiones neuromusculares muy importantes, calma el sistema nervioso y aterriza nuestras sensaciones a la tierra.” Además, cuando trabajamos la locomoción en cuadrupedia, tocando el suelo con las manos y los pies, segregamos endorfinas (hormonas del bienestar).

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Martin Steinthaler

Algo es innegable, cuándo caminamos descalzos por la playa o sobre la hierba nos invade una sensación de libertad y felicidad que, desde luego, no sentimos haciendo lo mismo por las aceras de una gran ciudad como Madrid. Ni que decir cuándo por fin nos bajamos del tacón al llegar a casa. “El mero hecho de andar descalzo es recomendable. Es un hábito que evita la presión del calzado, y estimula los músculos y movimientos que se encuentran limitados por el zapato”, asegura la experta. De hecho, algunos pediatras recomiendan que los niños caminen descalzos para estimular la musculatura del pie, los huesos, los ligamentos y su desarrollo cognitivo.

Cómo poner en práctica el grounding

Existen diversas pautas sobre cómo realizarlo, desde poner la atención en escuchar los sonidos, andar y sentir el contacto físico... Pero es más simple que el asa de un cubo: te descalzas, posas las manos y los pies sobre la tierra, haces varias respiraciones profundas, y centras tu atención en el aquí y el ahora. En definitiva, “se trata de poner nuestro foco en el presente, en poner la atención en la interacción que genera nuestro cuerpo, nuestros sentidos con el entorno”, asegura la psicóloga y psiquiatra. El mismo efecto tiene si haces trabajos de jardinería o manualidades al aire libre.

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Cuándo ponerlo en práctica

Y es especialmente válido en momentos en los que estamos sometidas a niveles muy altos de ansiedad y estrés. “Esos momentos en los que necesitamos bajar ese nivel de malestar, como suele pasar en un bloqueo mental por ansiedad o un ataque de pánico”, apunta Conde. Aunque, desde el punto de vista psicológico, esta herramienta de escape solo sería válida al principio: “hasta que la persona aprende a tolerar y manejar de manera interna las emociones, ya que este tipo de herramientas no son válidas en el tiempo”, advierte Conde. Sería más un ejercicio que puedes realizar de manera puntual para promover tu bienestar. O dicho de otra manera: “puede ayudar a disminuir de manera temporal emociones que son de difícil gestión, hasta que la persona adquiere herramientas psicológicas efectivas de regulación emocional interna.” Además, falta evidencia científica sobre sus resultados.

Dónde puedes gestionar tu ansiedad y estrés

  • Clínicas Origen (Madrid, tel. 900 264 017).
  • María Kindelan (Madrid, tel. 661 801 706, info@mariakindelan.com, @makicu)